CAPÍTULO 3
Me sentía rodeada.
Siguiendo el plan que Joshua y yo habíamos acordado, me
había infiltrado casi naturalmente en un grupo donde tan solo había hombres,
seis para ser exactos. El plan consistía en que yo me ocuparía de “asesinar” a
los chicos y él a las chicas, ya que el gesto que Joshua debía hacer era
demasiado… ¿provocativo?, como para hacérselo a alguien de su mismo sexo.
Sin embargo, mi gesto tampoco me ayudaba.
Para que no resultase sospechoso, había adoptado una actitud
coqueta y cercana hacia los del sexo opuesto, por lo que los casados o con
pareja se ponían nerviosos y los solteros se mostraban interesados. Bueno, al
menos se comportaban de ese modo hasta que yo les guiñaba el ojo y veían mis
verdaderas intenciones. Cuando los eliminaba, a muchos les costaba disimular la
sorpresa y los de alrededor comenzaban a sospechar, pero con tan solo picarles
el ojo ya no podían hacer nada para alertar a sus compatriotas ciudadanos.
El juego, entonces, empezaba a parecerme divertido.
Regresando al grupo con el que estaba en ese momento,
intentaba por todos los medios mantener mi excitación bajo control, y es que
esos eran los últimos tíos que me faltaban. ¡Dos más y mitad del trabajo
estaría hecho! La verdad es que, de los seis hombres con los que estaba, tan
solo me quedaban dos de ellos por sacarme de encima y eso me entusiasmaba. Uno
de los que me faltaba era alto, de pelo castaño, con algunas canas repartidas
por su cabellera, y sus ojos eran marrones. Tenía un anillo de compromiso
adornando su dedo anular y se llamaba Carlos. El otro era más o menos de mi
estatura, de pelo negro y canas abundantes, y cuyos ojos tenían un color gris
apagado. Su nombre era James, y había sido uno de mis compañeros de clase.
- Entonces – dijo Carlos en tono divertido -, ¿nos estás
diciendo que tu jefe es un salido?
La pregunta iba dirigida a mí, ya que les había estado
contando algo sobre mi trabajo, incluidos los escabrosos detalles de cómo mi
antiguo jefe de redacción toqueteaba a todas las mujeres.
- Era – le corregí –. Tuvo un accidente en la sala de
impresoras – hice un gran énfasis en la palabra “accidente” -. Casualmente yo
pasaba por allí cuando ocurrió, y desde entonces ya no toca a ninguna chica de
la redacción.
Después de decir eso le piqué el ojo a James, quien me miró
sorprendido y luego empezó a reírse. Yo sonreí con autosuficiencia y es que tan
solo me quedaba uno. No me creía que fuera a lograrlo ya que, a pesar de que
Joshua y yo nos habíamos dividido el trabajo, el número de personas a eliminar
seguía siendo bastante alto.
- ¿Casualmente? – preguntó al terminar de reír -. No sé si
creerme mucho eso.
Yo puse mirada inocente y todos rieron, incluida yo, pero no
había bajado la guardia. Aprovechando el momento, esperé a que Carlos me mirara
y, cuando lo hizo, le guiñé el ojo. Su rostro se quedó blanco, puesto que le
había cogido por sorpresa, y todos los del grupo volvimos a reír ante su
reacción.
- Ay Anne – dijo uno de los chicos que ya había eliminado
desde hacía rato -, quizás no eres tan inocente y dulce como todos creíamos.
- Jamás dije que fuera así – me reí débilmente -. Venga
chicos, tenéis una cita con los rotuladores de las mesas.
Dicho eso, me marché con una gran sonrisa en el rostro, y es
que finalmente me había librado de todos los chicos. Busqué a mi ayudante entre
la multitud y le hallé hablando con un grupo de cuatro chicas justo cuando se
mordía el labio para “asesinar” a una de ellas. Esta ser rio un poco por el
gesto y se marchó sonrojada para pintarse la cruz correspondiente. Entendía
perfectamente por qué ella se había sonrojado, ya que hasta yo lo había hecho.
Joshua siempre había sido un rompecorazones en el instituto y todavía poseía
aquel encanto natural que hacía a todas las chicas suspirar.
Pensaba en esto cuando él se dio cuenta de que le estaba
mirando y se me quedó observando del mismo modo. Sus ojos verde-azulados
penetraban bajo mi piel y provocaban que mi cuerpo aumentase su temperatura. Me
mordí el interior de la mejilla y miré a otro lado, no dispuesta a dejar que
viera cómo me sonrojaba. Me acerqué a una de las mesas y me serví un poco de
refresco para tener algo que hacer y no pensar en aquel chico. Me hubiese
servido algo de champán si no fuese porque debía conducir de vuelta a casa, y
no me apetecía demasiado que la policía me parase.
- Veo que estás aquí parada – me susurró al oído y reconocí
su voz a pesar de que no le veía -. ¿Debo suponer que ya has terminado?
Me giré para mirar a Joshua, sin acortar ni aumentar la
distancia entre nosotros, y sonreí.
- Ajá – respondí -. ¿Y tú? – sinceramente, tenía curiosidad
por saberlo.
- Ajá – repitió lo mismo que yo le había dicho y su sonrisa
se volvió pícara.
Multitud de recuerdos me vinieron de golpe a la mente,
recuerdos de cuando éramos unos meros adolescentes y él me sonreía de esa
manera para hacerme sonrojar. El mismo Joshua me lo había revelado, ya que le
parecía tierno que me sonrojase por una simple sonrisa. Yo me había excusado
alegando que era propensa a sonrojarme por cualquier cosa, aunque la verdad era
que estaba irremediablemente enamorada de él, y todavía era así.
Así que aquel gesto provocó que me sonrojara.
Su sonrisa se amplió por verme así y bajé la vista hasta mi
vaso algo avergonzada. Sin embargo, él volvió a alzar mi rostro empleando su
dedo índice para impulsar mi barbilla hacia arriba y se me quedó mirando.
- Mi hermosa estrella – susurró -, no has cambiado nada.
Me sonrojó incluso más de lo que ya estaba y si no fuera
porque él me sujetaba, hubiese bajado la vista otra vez. ¡Señor, tenía que
controlarme! Parecía otra vez adolescente, sonrojándome porque el chico que me
gustaba me había dicho hermosa y se sentía genial escuchar eso surgir entre sus
labios. ¿Y qué estaba mal en mí? Estaba bien sentirme así cuando era eso, una
adolescente, pero yo ya no era una y debía superar de una vez dichos
sentimientos.
Tenía que olvidar a Joshua.
- Disculpad amigos – dijo Megan -, ¿podéis prestarme
atención?
Usé esa oportunidad para separarme de mi ayudante y miré al
escenario, que era desde donde Megan había hablado. Segundos después Joshua se
colocó a mi lado y esperamos a que ella hablara. Todos a nuestro alrededor
dejaron sus conversaciones a medias también y contemplaron a la reina del
baile.
- Hace casi tres horas estuve aquí subida y di comienzo a un juego – empezó –.
Por lo que, del mismo modo, lo doy por finalizado. Ningún ciudadano ha logrado
atrapar a nuestro querido asesino pero, ¿habrá conseguido él o ella matar a
todos?
Un murmullo se formó en la sala.
- Por favor, que levante la mano aquel ciudadano que haya
quedado vivo – la petición de Megan se hizo eco en la sala, pero nadie levantó
la mano y mi sonrisa apareció -. ¡Vaya, menuda sorpresa! Nuestro asesino y su
ayudante lo han conseguido. Querría este equipo tan eficiente acompañarme en el
escenario.
Joshua y yo nos miramos, ambos sonriendo por la victoria, y
comenzamos a avanzar hacia donde nos habían llamado. Él colocó su mano en mi
espalda, provocando pequeñas descargas, y sentí la mirada de todos sobre nosotros.
Cuando llegamos al lado de Megan observé a los demás y vi caras sorprendidas en
algunos y divertidas en otros, sobre todo en aquellos a los que yo había
eliminado. Les dediqué a todos una sonrisa de disculpa y ellos sonrieron más.
- ¿Quién es el ayudante? – preguntó Megan y Joshua levantó la mano -. Estupendo, así tu
eres nuestra asesina – dijo mirándome -. Os felicito chicos, habéis hecho un
buen trabajo, pero es una lástima que no lo hayáis terminado. Queridos
ciudadanos, os comunico que acabáis de ganar todos vuestras entradas al
concierto dado que hemos averiguado lo que necesitábamos – ¡eso es trampa!,
pensé -. Anne, Joshua, el que consiga finalizar el trabajo, se llevará la
cesta.
Los dos la miramos totalmente desconcertados y ella nos
dedicó una maliciosa sonrisa. Joshua me miró y yo hice lo mismo con él, ¿quién
de los dos había fallado? Supe que tanto mi mente como la suya trabajaban
para saber de qué hablaba la antigua reina y di con la respuesta casi cuando me
parecía que no lo conseguiría.
- Joshua – le llamé y él dejó a un lado sus pensamientos
para prestarme atención.
Sonreí.
Acto seguido le guiñé el ojo.
Jajajaja jajaja jajajaja
ResponderEliminar¡Que bueno! Algo de eso estaba pensando que el juego no había terminado jajajaja, pero encantó y mas me sorprendió como ella fue muy rápida aleliminarlo jajaja jajajaja.
Quiero muuuucho mas.
Besitos mi bruji linda
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EliminarJajajajajjaja tiene que aprovechar su inteligencia que para algo la tiene, para pensar las soluciones rápido jajaja
EliminarA ver a ver, que pasará ahora :3
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola te he nominado a unos premios!! Pasate! http://entradaaotromundo.blogspot.com.es/2015/03/nuevas-nominaciones_12.html
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