CAPÍTULO 2
El comedor estaba plagado de adolescentes
revolucionados y listos para salir de allí como balas en cuanto se lo
permitieran. Algunos guardianes ya se habían encargado de llevarse las maletas
a las guaguas, por lo que allí solo faltaba que nos dijeran que nos
marcháramos. En aquel tiempo transcurrido, Julieth ya me había presentado a
todos sus amigos, que, sin contarla a ella, eran un total de tres; Abril, su
mejor amiga, alta, morena y que, según Julieth, era realmente simpática con
ENORMES sueños de futuro, aunque ahora lucía completamente deprimida y atontada;
Logan, el novio de Abril, que para mí, a simple vista, era un chulito de la “m”
que no buscaba ninguna relación seria, al contrario que Abril, y tan solo pretendía
darse un par de revolcones, aunque, para mi sorpresa, incluso con esa actitud
de ligón, le caía bien a la mayoría de la gente; y por último, Sic, un empollón
de matrícula de honor algo tímido, con los músculos bien marcados debajo de la
camiseta.
En aquel momento estábamos Julieth y yo solas,
ya que Logan se había marchado por su cuenta y, cómo no, Abril había ido tras
él, mientras que Sic se había ido con sus amigos.
- ¿Y qué te han parecido?- preguntó Jul, que era
como yo había decidido llamarla.
- ¿Quiénes? ¿Tus amigos?- ella asintió-. Están bien,
o al menos Abril y Sic me caen bien.
Al parecer, Jul se esperaba algo así porque lo
único que hizo fue apretar los labios y asentir con la cabeza mientras miraba
fijamente la mesa.
- Le dije que ese chico no le convenía, pero es
muy inocente y está “ciega de amor”.
- ¿Y finges que ese imbécil te cae bien?- dije
levantado una ceja.
- Abril es mi amiga y las amigas se apoyan-
susurró.
- Puede que tengas razón- me encogí de hombros
cuando lo dije-. Pero te lo digo desde ya para que después no me eches la
bronca: yo no pienso fingir que me cae bien.
- Me parece razonable- dijo volviendo a asentir
y mirándome con una sonrisilla-. Y dime, ¿puedo saber por qué has acabado en
este lugar?- hizo un gesto de desdén hacia la academia en general.
- Mis padres- dije con desgana-, ¿y tú?
- Mis padres, también, pero se podría decir que
es por mi familia en general- me acerqué a ella, interesada por el tema.
- ¿A qué te refieres?- pregunté.
- Bueno- comenzó a decir-, digamos que mi familia
es una de las más ricas e importantes en este mundillo sobrenatural, y mis tíos
y padres quieren extender nuestro poderoso linaje por todo el mundo, así que nos
envían a todos sus hijos a distintas academias para que consigamos grandes
logros y reconocimientos, ¿entiendes?- yo asentí y ella dio por terminada su
explicación-. ¿Y tú qué? ¿Qué pasa con tus padres?- preguntó.
- Nada interesante- dije encogiéndome de
hombros-. Lo que pasa es que están muy ocupados con su trabajo de cazadores y
me han mandado aquí a mi suerte para no tener que verse obligados a atenderme-
la cara de Jul se quedó sin expresión-. No pongas esa cara de fantasma
deshidratado, ya estoy acostumbrada. Llevo desde que nací siendo ignorada por
ellos, así que no es nada del otro mundo.
Ella abrió la boca para decir algo pero su voz
fue acallada por la de la directora.
- Chicos- se la escuchó decir desde la puerta-,
nos vamos.
La estancia estalló en un gran murmullo de
alegría y excitación, y Jul se rio ante la escena, aunque lo hacía más por mi
cara de fastidio que por el ruido. Ambas nos levantamos de nuestros asientos y
nos unimos a la marabunta para poder salir. Entre todas aquellas personas me
sentía como una sardina enlatada cubierta de aceite, porque todo el mundo me
rozaba al pasar a mi lado y, como allí dentro hacía algo de calor, todos los
que me tocaban dejaban un rastro de sudor a su paso.
En definitiva, ¡era realmente asqueroso!
Intenté no pensar en eso durante el tiempo en
el que estuve allí metida, y respiré aliviada cuando logré salir. Busqué a Jul
entre la gente, pero no la vi, por lo que supuse que la había perdido mientras
salíamos. Y no me sorprendía, la verdad, porque con toda la gente que había
allí se podía crear un nuevo país para nosotros solos. Bueno, y ahora que lo
pensaba bien, ¿cómo íbamos a caber todos en la Academia Sullivan si allí había
más estudiantes? ¿Tendría que estar rodeada de más gente todavía? Y lo peor de
todo, ¿tendría que compartir cuarto con una manada de chicas?
De solo pensarlo ya me dolía la cabeza, así que
me despreocupé de eso mientras me dirigía fuera, donde las guaguas nos
esperaban en la oscura noche. Había una infinidad incontable de ellas allí
fuera y algunas ya se marchaban cargadas de alumnos.
A pesar de que ya era de noche y que estábamos
en mitad de ninguna parte de la montaña, no hacía mucho frío, y tan solo una
débil y refrescante brisa presenciaba nuestra marcha. Las hojas de los árboles
que nos rodeaban le susurraban a la brisa cuando esta las rozaba y los
animales, callados en su escondite, escuchaban atentos lo que estas les decían.
Mientras, a este lado del bosque, los adolescentes seguían saliendo del
edificio, pero ahora lo hacían en pequeños grupitos de cuatro o cinco personas.
Justo entonces, Logan y un par de chicos
salieron, seguidos por una demacrada Abril que solo buscaba un poco de atención
por parte de su novio. Este pasaba de ella, como si no fuera más que otra
baldosa de las otras muchas que había en el suelo y ni siquiera notase su
existencia. Nada más verme, Logan y sus amiguitos se aproximaron y yo tuve que
reprimir las ganas de vomitar.
- Hola Daniela- dijo Logan parándose en frente
de mí.
- Hola Abril- dije yo con un gesto de mano,
ignorándole a él.
Esto pareció cogerle con la guardia baja porque
durante una milésima de segundo su autoestima se arrastró por el suelo, pero se
recompuso tan rápido como se había desanimado.
- ¿Y Jul? ¿No estabas con ella?- preguntó él sin
especial interés.
- Nos hemos separado mientras salíamos- dije.
- ¡Oh! Pues vente con nosotros- sugirió-, así no
estarás sola- quise reírme, pero me aguanté.
- No, pero gracias. Estoy bien así- por lo visto
Logan no estaba acostumbrado a que le rechazaran, porque la cara que puso por
mi rechazo no tiene posible descripción-. Hasta luego, Abril.
Ella me sonrió y luego se acercó a donde su
novio me miraba con estupefacción. Cuando este logró recobrar la compostura
rodeó a Abril por la cintura, la apretó contra él y le dio un violento beso en
los labios. El rostro de ella cuando el beso terminó estaba completamente
iluminado, y al ver que él seguía rodeándola por la cintura, casi se desmaya.
Me di media vuelta y me dirigí a la guagua más
cercana. Para mi sorpresa estaba casi vacía, y me senté en el asiento más
cercano a la salida. Allí dentro olía a chicle, a sudor, a pino y a zapatillas
viejas.
Los típicos olores de una guagua que se usa
día sí y noche también.
El conductor era un calvo regordete con unas
ojeras bien definidas y unas manos sudorosas aferradas al volante, esperando
impaciente para poder salir de allí. Los amigos de Logan entraron en ese
momento, seguidos por una entusiasmada Abril y un enfadado Logan, que casi
echaba humo por las orejas. Se sentaron al final del todo, y agradecí la gran
distancia que eso ponía entre ellos y yo.
Fuera, en la noche, iluminados por los faros
delanteros de la guagua en la que yo estaba, Jul y Sic hablaban animadamente mientras
venían hasta la puerta. Se veían felices y realmente cómodos el uno con el otro, y no pude evitar pensar en esas
películas románticas en las que todo es como un cuento de hadas y te sientes
como si volaras en una nube. Cuando entraron me tapé la cara con el pelo para que
no me reconocieran y fingí estar dormida, ya que no quería romper ese buen
ambiente que había entre ellos en aquel momento. Esperé hasta que ambos pasaron
de largo por mi lado y volví a colocarme bien.
En realidad, nunca he creído que el amor fuese
algo tan maravilloso como todos dicen, porque casi siempre acarrea un montón de
problemas y un sufrimiento innecesarios. Jamás me había planteado el
enamorarme, y tampoco pensaba hacerlo hasta dentro de muchísimo tiempo, cuando
tuviese arrugas por todo el cuerpo y usase un bastón para andar. Además, en
este mundo la mayoría de los hombres que hay no merecen la pena, y los que creemos
que la merecen al final resultan ser unos imbéciles de tomo y domo. Un ejemplo
de ello es Logan.
Más gente entró en la guagua y, cuando todavía
ni la mitad de los asientos estaban ocupados, el conductor calvito puso el
vehículo en marcha y se encaminó hacia nuestro siguiente destino.
El infierno.
Muy bien, otro capiiiiiiiiiiiitulo jijijiji, gracias hermanita.
ResponderEliminarMuchos besos
De nada muchacha jijiji Para eso estamos :D
ResponderEliminarInteresante... Reniega del amor!!!! jajajja, mucho me temo que no va a poder renegar. Creo que nos encontraremos con un chico muy muy .... aichhhh de esos que te hacen suspirar!!!!!
ResponderEliminarQuiero mas!!!!!!
ay ay ay creo que tienes razón en cuanto al chico que hará os suspirar, pero no sé yo si aparecerá en este primer libro (ups, me he ido de la lengua jijijijijijiji) No adelantaré nada más jajajajajaj
ResponderEliminarBesos