martes, 28 de enero de 2014

Herida(Wounded)

CAPÍTULO 3


Aquello era peor que el infierno.

Hasta el momento había podido tolerar el estar rodeada de cazadores, de gente rica con mucho poder y de imbéciles de aquí te espero. Pero, ¿vampiros? Tenía que ser una broma, ¿a que sí?
Al parecer, la Academia Sullivan había empezado, hacía ya unos cuatro meses, un proyecto de convivencia en el que los vampiros estudiarían junto con los humanos y, por lo visto, estaba funcionando bastante bien. Pero, aparte de eso, la cuestión ahora era, ¿tengo que vivir rodeada de vampiros?

Mis padres son odiosos, pensé.

- ¿Por esto estaban todos tan emocionados?- pregunté indignada.

Jul me miró con expresión divertida.

Durante el viaje me había quedado dormida, como la mayoría de los estudiantes, y al llegar, en torno a las siete y cuarto de la mañana, Jul me había despertado.

Todos a nuestro alrededor hablaban animadamente, tanto vampiros como cazadores, salvo alguna que otra excepción (como yo), y no parecían tener problema alguno en entablar una conversación. Sin embargo yo miraba a mí alrededor totalmente en silencio, viendo como vampiros y humanos congeniaban a la perfección. Y no es que me llevara mal con los vampiros, pero una cosa era hablar con ellos y otra muy diferente, vivir con ellos.

- Vamos, alegra esa cara- dijo Jul y luego me agarró del brazo-. Ven, te voy a presentar a alguien.

Julieth me arrastró por todo el lugar hasta que llegamos a una puerta opaca acristalada donde ponía “Sala de Donaciones’’ en letras negras. Miré con extrañeza a Jul, que no parecía enterarse de mi confusión y me guiaba como si tal cosa. Por la pinta que tenía aquel lugar, supuse que era donde los vampiros iban a alimentarse y donde los humanos donaban su sangre.

- ¡Aquí estás!- exclamó Jul.

Sentada en una silla pegada a la pared había una chica de tez pálida, con una venda en el brazo y con unas galletitas de canela en la mano. Supe que esa era la prima de la que Jul había comentado un par de cosas mientras esperábamos en el comedor de la otra academia, y es que ambas se parecían en todo salvo en que su prima tenía el pelo algo más castaño que el de Jul. Cuando la chica vio a Jul en su rostro se mostró una gran sonrisa y se levantó para recibirnos.

- ¿Qué tal, Betty? Ya veo que has terminado- Jul le dio un abrazo a ella y la ayudó a sentarse.

Betty me miró con sus ojos verdes esmeralda, pero no dijo nada, y yo tampoco, y durante un instante solo hubo eso, miradas.

- ¡Ah, Betty! Esta es Dani- entonces Jul se viró hacia mí-, Dani, esta es mi prima, Betty.

- Hola- dije yo. Lo único que hizo Betty fue levantar la mano y moverla a modo de saludo.

- ¡Oh, es verdad! Tenía que habértelo dicho antes- dijo Jul mirándome-. Verás, lo que pasa es que mi prima es algo tímida y no habla con gente que no conoce bien- Betty la miró y le dio un pequeño codazo en el brazo-. Aunque, en realidad, no habla con nadie.

Las miré en silencio durante un instante, pensando en qué debía decir. Me parecía algo “rarito’’ eso de que alguien no pronunciara ni una sola palabra, a no ser que nos refiriésemos a una persona muda, debido a su timidez. ¿Tenía sentido el hecho de no hablarle a nadie? ¿Llevaba aquel comportamiento a alguna parte? Sin embargo, yo no era quien para criticar su forma de ser, así que simplemente acepté su falta de comunicación como una ventaja.

- Me parece bien- dije yo encogiéndome de hombros-. Bueno, ¿qué? ¿Nos podemos ir? Este lugar hace que me ponga de mal humor- y era cierto. No soportaba el hecho de tener que convivir con vampiros, y mucho menos que mis amigos se comportasen como bolsas de comida andante.

Ambas se levantaron, y juntas nos dirigimos fuera, al pasillo abarrotado de gente. El ambiente se sentía cargado y allí, apretujada entre tanta gente, una empezaba a sentir calor. Sentí como Jul me agarraba de la muñeca y comenzaba a tirar de mí. Esto hizo que el tener que sobar a todo aquel que pasaba de largo fuese inevitable y por milésima vez en el día maldije aquel lugar. A mi lado estaba Betty que, al igual que yo, también había sido “raptada’’ por Jul, y se chocaba con todos los que se encontraban en su camino.

- Ya falta poco- dijo Jul.

Pero justo entonces Betty volvió a chocarse con alguien, esta vez tan fuerte que hizo que Jul perdiera el agarre de su mano, por lo que me vi obligada cogerla del brazo y darle un fuerte tirón para no perderla entre la marabunta. Cuando finalmente llegamos a donde quiera que nos hubiera llevado Jul, ésta se giró bruscamente hacia mí, y suspiró aliviada al ver que su prima estaba conmigo. Por otra parte, Betty me miraba sin saber que decir, o mejor dicho, sin saber  cómo reaccionar, y eso me hizo sonreír.

- De nada- le dije, y ella me sonrió-. Bueno, ¿y dónde estamos?- pregunté mirando a mi alrededor.

- Este es el salón principal- respondió Jul-, que normalmente se usa como comedor, aunque también para fiestas y reuniones importantes.

Observé el lugar, y no pude evitar sorprenderme. Aquello tenía un tamaño descomunal, más grande incluso que el de la otra academia, y de repente me sentí pequeña, incluso diminuta. Apostaría cualquier cosa a que alguien podría llegar a perderse allí dentro sino andaba muy atento. ¿Era eso lógico acaso? No, por supuesto que no, pero estaba comenzando a darme cuenta de que ya no muchas cosas tenían sentido alguno.

- Venga- dijo Jul-, cojamos sitio.

Y eso hicimos.

En poco tiempo encontramos una mesa vacía casi en el centro de la sala, y, poco después, a nosotras se unieron Sic, Abril y Logan, con bastantes amigos, casi todos de Logan, al que parecía habérsele pasado el enfado, y todos se apelotonaron con nosotras. En total, nuestro “grupo’’, si es que se puede llamar así, ocupaba dos mesas, y he de decir que las mesas eran bastante amplias.

Al parecer, Logan ya había empezado a buscar nuevos amigos entre los estudiantes de la academia Sullivan, porque en el grupo había también algunos vampiros y humanos, sobretodo chicas humanas, que nos hablaban sobre la academia. La mayoría de los de la academia Snake estaban curiosos por saber cómo se las ingeniaba Betty para ser escuchada y entendida, cuando no hablaba. Esto, sumado a la tremenda timidez de ella, había provocado que Jul tuviese que contestar todas las preguntas mientras que Betty escondía su rostro contra mi brazo.

Diez minutos después, la directora y un vampiro entraron.

El vampiro tenía aspecto joven, pero había un pequeño indicio de que había vivido mucho tiempo, y mientras caminaba por el pasillo hacia su asiento, situado en el centro de un pequeño altar, examinaba a todos y cada uno de los alumnos. Vestía elegante, pero en él parecía algo informal, algo que se había puesto porque era lo primero que había sacado del ropero. Su forma de andar era despreocupada aunque su rostro estaba serio e impenetrable.

- ¿Y ese?- le pregunté a Jul, haciendo un pequeño gesto hacia el tipo vampiro.

- Es el director de la academia- contestó, y cuando le miró, sus ojos se iluminaron.

En cuanto Jul respondió a mi pregunta, la mirada del director se dirigió hacia nosotras y después de un pequeño instante, se me quedó mirando. Sostenía mi mirada con curiosidad, pero al mirar a mis amigas, sonrió con satisfacción.

Estaba sorprendida de que aquel hombre fuese el director, pero eso había sido suplantado por el hecho de que, no solo Jul, sino que todas las chicas, vampiras o humanas, miraban al director como si fuese un dios. Hasta Betty, con su severa timidez, le miraba como si no hubiese visto algo tan hermoso en toda su vida. Un escalofrío me recorrió por dentro y me mareé nada más imaginarme a mí misma mirando al director con la misma cara de pasmada con la que las chicas le miraban.

Por otro lado, el director parecía percatarse perfectamente de la atención que las chicas le prestaban pero, excepto por la mirada satisfecha que le había dedicado a mis amigas, no mostraba ningún indicio de querer hacer que las chicas supieran que él sabía sobre el revuelo que causaba entre ellas.

Finalmente ambos directores ocuparon su lugar, él en el asiento del altar y ella en una silla justo al lado. El director carraspeó un poco con la garganta, emitiendo un débil sonido, que resonó en toda la sala como si su garganta estuviese conectada a unos altavoces. Con esto, todo el mundo se calló, dejando la sala en un pesado silencio.

Y como ya he dicho, odio el silencio.

- Bueno, primero que nada- dijo el director-, os doy la bienvenida a todos.

Todos estallaron en aplausos y gritos de alegría, aunque, en realidad, todos menos yo. Aquello era peor que una guardería para bebés, llena de niños llorando y gritando, armando escándalo por todas partes. No parecían aspirantes a cazadores o vampiros que llevan en este mundo siglos y siglos, sino todo lo contrario. A estas alturas dudaba que alguno de los allí presentes se hubiese planteado alguna vez lo que eran o la razón de por qué estaban en una academia de cazadores. Ellos tan solo eran niños pequeños que veían la vida como si de una piruleta de colores se tratase, bonita y dulce, y eso no era ni la cuarta parte de lo que les esperaba allí fuera.

- Calmaos, calmaos- murmuró el director, y todos se callaron de repente-. Muy bien, y para los que no me conocen, yo soy Francis, el director.

Más aplausos y algún que otro grito de fondo se oyeron cuando Francis se presentó, haciendo que a mi paciencia se le abriera una pequeña brecha de desesperación.

- Antes de seguir, tenemos que aclarar un pequeño inconveniente que hay con respecto a los cuartos de las chicas.

¡O venga! ¡¿En serio?!

- Como ya sabéis, los recién llegados compartirán cuarto con los alumnos de mi academia, pero, juntando ambas academias, las chicas son demasiadas, por lo que cinco tendrán que ocupar las tres habitaciones que sobran en la planta de los profesores- se quedó un momento en silencio-. Puesto que las habitaciones son de dos plazas, una tendrá que dormir sola.

Vaya, esto sí que era bueno. ¿Dormir sola? ¿Tener mi propia habitación? Sería la primera cosa buena que me había pasado desde que había comenzado todo aquello?

- ¿Alguna voluntaria?- preguntó el director.

- Yo- dije levantado una mano-. Y dormiré sola.

Todos me miraron, aunque lo que hacía Jul no era mirarme, sino taladrarme con los ojos.

- Yo ocuparé otro de los cuartos- dijo ella levantando la mano también. De repente Betty le sacudió el brazo a su prima y, cuando ésta le prestó atención, se señaló a sí misma-. Y Betty será mi compañera.

El director nos miró a las tres.

- Vaya, ¿en serio te vas, Betty?- dijo una vampira con aspecto de pija desde una mesa contigua a la nuestra con una sonrisa irónica en el rostro-. Qué pena. ¿Pero en serio vas a huir a los brazos de tu primita?- esto hizo que sus amiguitas, también pijas, y ella misma, soltaran unas risitas.

- Si- dije yo en tono rudo y seco-. ¿Tienes algún problema con eso?

Jul y Betty me miraron sorprendidas, al igual que el resto de nuestro grupo. En la mesa contigua, todas las que se habían reído me miraban con asombro, pero el rostro de la chica a la que le había respondido se llenó de ira en cuanto fue consciente de lo que estaba pasando.

- ¿Y tú quién eres para estar metiéndote donde no te llaman, niñita?- preguntó, mirándome de arriba abajo.

¿Niñita? Yo a esta tía la mato.

- Digamos que soy alguien a quien le gusta meterse donde no la llaman- apreté los puños para evitar mis ganas de levantarme y pegarle un puñetazo por atreverse a llamarme niñita.

- Chicas, chicas- dijo el director en tono tranquilizador-, relajaos.

Miré al director dejando el asunto por zanjado, pero sentía los ojos de todos los del grupo clavados en mí. También sentía los ojos de aquella estúpida vampira, observándome detenidamente. Le di la espalda, girándome completamente hacia el resto de los que estaban sentados en mi mesa, en frente de mí estaba Abril, que por una vez no prestaba atención a su chico, sino a mí, mirándome con preocupación. Ahora ya más relajada, junté las manos encima de la mesa y esperé a que el director dijera la próxima palabra.

- Ya verás- dijo la vampira desde su sitio, en un tono de voz en el que solo los de nuestras mesas pudiesen escuchar-. Esto no se va a quedar así.

Yo sonreí.

- Solo inténtalo- dije-. Te estaré esperando.

2 comentarios:

  1. Muy bien, veo que no nos abandonas jijijiji.
    Me gusto este capitulo, pero necesito que llegues a la fiesta jijijiji que es donde me quede jijijiji.
    Muchos besos

    P.D: Estudia muuuuuuucho, besos

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  2. Bueno bueno, ya falta poco para la fiesta jijijiji Pero tendrás que esperar :) Ya me he disculpado muchas veces por el abandono pero entre los estudios y otras veces las pocas ganas de encender el ordenador me superan jejejej
    Besos para ti también, te quiero <3

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