CAPÍTULO 8
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Rompí el besó en cuanto escuché la voz de mi
amiga aunque ya era demasiado tarde, lo habían visto. Por otro lado Kile no
hizo ni el más mínimo esfuerzo por quitarse de encima de mí, pero como
anteriormente había soltado su agarre pude liberarme antes de que él pudiera
evitarlo.
- Kile- dijo Jul intentando ocultar su
frustración por lo que acababa de ver-,perdóname por ser tan antipática pero
márchate ahora mismo
Él hizo caso y haciendo todo lo posible por
ocultar una sonrisa, salió cerrando la puerta tras de sí. Me giré para coger mi camiseta, pero no la vi
por ninguna parte y supuse que Kile se la habría llevado.
- ¿Qué ha pasado, Dani?- preguntó Jul.
No sonaba enfadada ni frustrada, más bien
curiosa. Yo tan solo me levanté y cogí otra camisa del ropero, casi igual a la
anterior, solo que esta era gris. Me la puse y comencé a ordenar el tocador
que, de repente, me pareció extremadamente desordenado.
Mis dos amigas se sentaron en la cama.
- ¿Te gusta?- continuó preguntando.
- No- dije mientras me giraba y la miraba a los
ojos.
- ¿Entonces por qué os besabais?
- Corrección, él me besaba- dije-. Yo solo me vi
obligada. ¿Pero no visteis como me agarraba? Además ni siquiera sé qué demonios
pasó. Primero él me estaba poniendo la pomada en la espalda que me dio el
médico y en un abrir y cerrar de ojos él estaba encima de mí.
Ellas me miraron sospechosamente, sopesando si
creerme o no.
- Bueno, lo que está claro aquí- dijo Jul
mirándome con picardía-, es que tú a él si le gustas.
- O puede que solo trate de divertirse y vea
todo esto como un juego- repliqué.
- No…tonterías- repuso ella-. Acabas de matar a
una vampira medio pirada delante de todo el mundo, si quisiera jugar no lo
haría contigo si sabe que puedes llegar a matarle- tenía que reconocer, en
cierto modo, que aquello era realmente lógico.
- Pues siento aguarle la fiesta- dije-, pero no
estoy interesada- fui a la cocinita y cogí un vaso con agua-. Que se lo quede
Sol- tomé los calmantes y me tomé uno-, ella parece más interesada
- Querida- dijo Jul levantándose y poniendo sus
manos sobre mis hombros-, lleva años detrás de él y la única vez que Kile le
hizo caso fue cuando ella se emborrachó y le vomitó encima cuando intentaba
llevarla de vuelta a casa.
Yo puse cara de asco mientras imaginaba
aquella situación.
- Y cambiando de tema- dijo ella de repente-. Lo
que has hecho con esa vampira, ¡dios tía, como ha molado! La forma en que has
dejado KO a esa tipa ha sido espectacular, no sabía que tuvieses esa capacidad
para luchar. Si hasta debo confesar que, durante una fracción de segundo
mientras te miraba avanzar hacia, te tuve un poco de miedo, así que imagínate
lo alucinante que me ha parecido.
Mientras ella hablaba yo miré a Betty y me
sorprendí al ver que estaba, a su manera silenciosa, casi tan emocionada como
Jul y durante un momento me paré a pensar en lo que eso quería decir. No solo
ellas, sino que todo el mundo me había visto y no sabía cómo podían reaccionar.
Al igual que mis dos amigas, algunos podrían estar alucinados y entusiasmados
debido a la adrenalina, pero también muchos otros podrían temerme o incluso
verme como una amenaza hacia ellos, algo que seguramente pensarían la mayoría
de vampiros. Y como todo vampiro que se sentía amenazado hacía, probablemente
algunos tratarían de aniquilarme o algo por el estilo, quien sabe.
- ¡Oh, Dani!- exclamó Jul de repente-. Y
hablando de tu uniforme, ¿necesitarás uno nuevo no?
- Sí- contesté-, supongo.
- Entonces vamos- agarró a su prima del brazo
para que se levantara y luego se dirigió a la puerta-. Le pediremos uno a la
directora.
Ella salió, y Betty y yo nos vimos obligadas a
seguirla. Sinceramente no tenía muchas ganas de salir y es que, ¿qué haría si
me encontraba con Kile? Pegarle un puñetazo eso seguro pero, ¿y después? No
sabría si odiarle o desearle porque vale que él era como una pesada y molesta
mosca que vuela alrededor, pero no podía negar que aquel beso había estado bastante
bien.
Pero en cambio, los pasillos estaban
tranquilos y no había nadie allí excepto nosotras.
- ¿Dónde está la gente?- pregunté mirando a mi
alrededor.
- Los de la academia Sullivan están en clase-
contestó Jul-, y los de la Snake estarán ocupando su tiempo por ahí.
- ¿Y cómo es que Betty está aquí?- pregunté-.
¿No debería estar en clase?
- Tiene la primera hora libre- contestó sin
mucho interés-. Su profesor está enfermo, creo.
Y después de decir eso comenzó a hablar de
algo relacionado con la ventana de su cuarto, cosa a la que no presté mucha
atención. En aquel momento estábamos dirigiéndonos a lo que yo pensé que iba a
ser la peor pesadilla de mi vida, la zona de aulas. No sería tan malo si entre
aquellos alumnos y yo hubiese un muro de ladrillos bien fuerte, pero es que en
cambio aquí lo que había eran unas enormes cristaleras que dejaban ver a todo
aquel que pasase por el pasillo y, después de lo sucedido con la vampira, creo
que más de una mirada se fijaría en mí.
¿Y si doy media vuelta?
- Bueno Dani, ¿qué te parece?- preguntó Jul y,
como si lo tuviesen ensayado, en cuanto ella pronunció mi nombre todos los que
estaban al otro lado de cada una de las cristaleras, me miraron.
- ¿El qué?- pregunté mientras la miraba.
Y lo que encontré cuando la vi fue a ella
mirándome con una extraña y divertida mirada, y una pose “amenazante’’ que daba
mucho que desear. En conjunto, Jul parecía Darth Vader con gases e indigestión:
Debería dar miedo, pero costaba temerle si le veías
en ese estado.
Así que me reí, mucho, y Betty, a su modo,
también. De repente ya no me importaba que todos aquellos del otro lado de la
cristalera me estuvieran mirando, porque la risa invadía cada rincón de mi
cuerpo mientras avanzábamos y aquella risa me provocaba un enorme bienestar.
- Oíd chicas, no os riáis- protestó Jul mientras
avanzaba para alcanzarnos-. Se supone que debo provocaros miedo, no haceros
gracia.
Y me reí más.
¿Suponía que debía darnos miedo? No se había
acercado ni siquiera un poquito a darnos miedo y eso que me había pillado por
sorpresa. Esta vez Jul también rio, y de repente, fue tanto el tiempo que
habíamos estado haciéndolo, que nos empezó a doler la barriga. Todavía riéndome
un poco, me senté en un banco que se encontraba en mitad del pasillo y apoyé
mis manos en mi barriga. Ya habíamos pasado las zonas de aulas y ahora, en
frente nuestra, se encontraban el baño de los chicos y al lado, el de las
chicas.
- Sinceramente chicas- dije-, hacía tiempo que
no me reía tanto.
- Ya ves- dijo Jul-. Y eso que yo ni siquiera
pretendía reírme.
- Venga, vamos- dije mientras me levantaba-.
Tenemos que conseguir un uniforme- ambas se levantaron y las tres continuamos
caminando en dirección al despacho de los directores.
El resto del trayecto transcurrió en silencio.
Tardamos unos cinco minutos en llegar al
despacho y desde allí se podía escuchar a ambos directores hablando. No se
entendía específicamente lo que estaban diciendo, pero se notaba que el tema
trataba de lo sucedido en el comedor.
Yo golpeé un par de veces la puerta.
- Adelante- se escuchó decir a la directora tras
un breve silencio.
Entré, seguida por Betty y Jul, y nos
encontramos a ambos directores de pie ante la mesa, frente a frente pero
mirándonos a nosotras. Por la pose que ambos tenían, parecían haber estado
discutiendo.
- ¿Qué hacéis aquí, chicas?- preguntó la
directora.
- Venimos a por un uniforme para mí- contesté
avanzando un par de pasos-, puesto que el mío ya está inservible.
- Sí por supuesto- dijo la directora un poco
desamparada-. Ya lo he mandado a pedir, así que lo dejaran en tu habitación en
cuanto esté listo. No te preocupes, no tardará mucho.
Con un poco de desánimo, la directora avanzó
hacia la silla de detrás de la mesa y se sentó. Su rostro se mostraba
entristecido y su pose daba a entender que estaba cansada.
- Muy bien- dije un poco apenada-. Gracias- me
giré y junto con mis dos amigas, salí de allí.
Sinceramente, aquello pintaba un poco mal.
El aspecto que mostraba la directora daba a
entender que prácticamente ya se había rendido en la lucha contra aquel clan y
eso no era precisamente bueno. Si la directora se rendía, no solo sentenciaba a
muerte a los alumnos de la academia Snake, sino también a los de la academia
Sullivan, lo que resultaría siendo la mayor matanza que hubiese existido jamás.
- Pasaba algo, ¿cierto?- preguntó Jul a mi lado.
- No, no para nada.
- Venga Dani- insistió mientras me agarraba del
brazo y me hacía parar-. No soy una experta en esto de descifrar las emociones
de la gente, pero se notaba perfectamente que la directora estaba mal e incluso
tú ahora estás más seria que antes- yo no dije nada-. ¿Qué pasa?
Las miré a ambas durante un momento intentando
buscar algo para hacer que se olvidaran de aquello, pero ninguna de las dos
mostraba signos de querer ceder, así que simplemente decidí contarles lo que
seguramente estaba pasando. Fuertemente solté el aire contenido y me senté en
un banco, justamente el mismo banco donde nos habíamos sentado antes.
- Sí Jul- dije- tienes razón. La directora
aparentaba encontrarse mal y pienso que es porque esta situación la supera. El
único propósito de la directora al mudarnos todos aquí era concederles algo de
tiempo para encontrar una solución para proteger la academia, pero no ha pasado
ni una semana y ya una vampira ha conseguido encontrarnos, lo que quiere decir
que el resto del clan pronto nos encontrará.
- Si es que no lo ha hecho ya- susurró Jul,
consciente al fin de lo que estaba pasando.
- En efecto- afirmé-. Y lo peor es que la
directora parece estar rindiéndose y si eso pasa…
Me quedé en silencio porque no podía terminar
la frase. No quería que ellas dos pensaran que su futuro ya estaba decidido y
que pronto iban a morir, pero Jul no era tonta y yo lo sabía.
- Y si eso pasa todos corremos el peligro de ser
asesinados- las palabras de Jul eran casi inexistentes y su tono de voz me hizo
entender que su mundo se venía abajo.
La sirena que daba el aviso para el cambio de
hora sonó en ese momento y el pasillo poco a poco comenzó a llenarse. Las tres
nos levantamos y despedimos a Betty, que se marchaba a su clase. Una vez se
marchó, Jul y yo caminamos en silencio una al lado de la otra, pero no habíamos
avanzado ni un par de pasos cuando, de repente, al fondo del pasillo vi a Kile.
Tenía que esconderme, no quería hablar con él después de lo que había pasado,
así que, aprovechando que todavía no nos había visto, agarré a Jul y la
arrastré conmigo al baño de chicas.
- ¿Pero qué haces?- preguntó, volviendo a ser
nuevamente la misma Jul de siempre.
- He visto a Kile- dije.
- ¿Piensas evitarle?- yo asentí-. Pero no podrás
hacerlo todo el rato, en algún momento se cruzarán.
- Bueno, pues en ese momento, le pegaré un
puñetazo, pero ahora, simplemente le evitaré.
Ella solo se rio.
Esperamos allí hasta que no escuchamos a nadie
en el pasillo y luego fuimos en silencio hacia nuestras habitaciones. Aunque
ella trataba de disimularlo, podía sentir que Jul todavía estaba preocupada por
lo que habíamos hablado y durante un instante tuve un sentimiento de querer
protegerla que jamás había sentido. Nada más llegar, cada una nos metimos en
nuestras habitaciones en silencio. Una vez cerré la puerta, me quité las
playeras y fui hacia la cocina a beber un poco de agua. Sabía que necesitaba
descansar si quería estar al cien por cien esa noche para las clases, así que
me metí en la cama y cerré los ojos, pero entonces alguien tocó la puerta y
antes de poder levantarme ya Jul estaba dentro.
- Oye- susurró, no muy convencida de aquello-,
¿puedo quedarme contigo? Es que verás Betty estará fuera por las clases y
sinceramente, ahora mismo no me apetece quedarme sola.
Yo sonreí y asentí, levantando la manta e
indicándole que se acostara a mi lado. Un poco más aliviada, corrió hacia allí,
se quitó los zapatos y se acostó a mi lado. Nos quedamos mirando la una a la
otra durante unos segundos hasta que al fin ella dijo algo.
- Dime, crees que- se paró un instante, pensando
bien lo que iba a decir-, ¿crees que esto se acaba aquí? ¿Que no lograremos
sobrevivir?- yo alargué mi mano y cogí la suya en un intento de reconfortarla.
- No lo sé- dije-. Pero créeme que intentaré
hacer todo lo posible para que ni a ti ni a Betty os pase nada- durante unos
segundos, tan solo me miró, pero luego, con una sonrisa en el rostro, cerró los
ojos.
Yo también hice lo mismo y me sentí bien por
haberla hecho sonreír.
- ¿Dani?- susurró Jul al rato.
- ¿Sí?- dije yo adormilada.
- Gracias.
ME ENCANNNNNNTAAA NANIIIIIII !!! Sigue asii jejej, (dejandome con intriga, mala persona) te quiero jejej ♥♥♥
ResponderEliminarMuy bien muy bien. Esta vez te has portado muy bien jijiji no me has dejado en un punto muy interesante. Pero esperando mas jijiji.
ResponderEliminarMuchos besos mi vida linda